La Danza es compartir.




Siempre he mantenido que la Danza para mí es el acto de comunicación más sincero, y lo es porque el cuerpo no miente. Con la Danza somos capaces de transmitir emociones, experiencias vividas o imaginadas, y eso nos hace libres. Por su parte el espectador puede recoger esa información, filtrarla a través de sus sentidos y hacerla suya. Todo esto hace que la Danza sea para mí el acto de comunicación más sincero y mágico que tenemos los seres humanos, es un tesoro que debemos cuidar y proteger.

Dicen que no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. En mi caso siempre he valorado la Danza, he valorado el poder disfrutarla, el vivir de ella y con ella todos los días de mi vida, y no puedo decir que este estado de confinamiento que vivimos me haya hecho perderla, lo que sí que ha provocado esta situación es que valore una característica de la Danza a la que prestaba poca atención, y es que la Danza es compartir.

En estos días, me he dado cuenta de todo lo que compartimos en torno a la Danza, compartimos momentos únicos, que ocurren en un instante y un lugar precisos, y que no se volverán a repetir, esto crea unas conexiones especiales entre las personas que viven esos momentos. No ocurre solo en el escenario y con el público, ocurre día a día, en los ensayos, momentos que compartimos que son irrepetibles, que quedan para nosotros y que nos hacen crecer. También es compartir contacto, respiraciones, emociones y sentimientos, características que no se pueden transmitir de otra forma que en proximidad.

Y esto me lleva a mi última reflexión, y es que la Danza en su plenitud se desarrolla en vivo. No somos capaces de digitalizar las características que hacen única esta expresión artística, las pantallas no pueden suplir el contacto entre los bailarines, la conexión con el público, el toque del maestro al hacerte una corrección…

Estos días me han servido para darme cuenta de lo profundo que me toca la Danza, estoy agradecido por lo que me da y por lo que me hace ser, por ello, y redescubriendo el poder de compartir que tiene, creo que este texto no podría estar completo sin compartirlo con mi equipo, con el que comparto todos los días contacto y emociones, en nuestro espacio de ensayo, un equipo que ha crecido junto estos últimos seis años y que nos hace únicos. En estos días hemos cambiado nuestra forma de trabajo, pero seguimos compartiendo la Danza, estoy muy orgulloso de su saber hacer, de lo que han aprendido en estos seis años, y también de los que me han enseñado, por eso quiero darles la palabra, porque ellos también tienen cosas importantes que decir…

 
 “Hay quienes dirán que pueden bailar en casa sin ningún problema, en realidad sí, todos podemos porque eso es lo bonito de la danza que no entiende de límites ni barreras, la danza se presenta en miles de formas y estados porque sale de dentro y nadie puede impedirlo, como decía Martha Graham, "la danza es el lenguaje oculto del alma".
Pero precisamente en relación a ella y a tantos otros bailarines, vamos a ser realistas y exponer que también existe la danza de manera profesional, ese tipo de danza que también necesita del contacto. No sólo un contacto físico sino emocional, ese vínculo que se genera entre compañeros cuando bailamos juntos o esa conexión con el público cada vez que subimos a un escenario.
Ahora mismo, con esta situación de confinamiento en la que nos encontramos todos, los que nos dedicamos plenamente a esto sentimos un vacío enorme; por supuesto que compartimos y respetamos esta circunstancia excepcional y por ello intentamos hacer malabares en nuestras casas para mantenernos activos, pero no es suficiente ni remotamente posible sentir la danza de la misma manera.
Más que nunca nos damos cuenta de la importancia de tener un espacio en el que movernos libremente, ese lujo al que llamamos aula y donde todos podemos fluir al unísono. Más que nunca hay que destacar la importancia de los ensayos cuerpo a cuerpo y sobretodo la importancia de un espectáculo; hablemos de todo lo que conlleva, toda esa gente que trabaja para hacerlo posible como los técnicos, regidores, profesionales de vestuario… porque somos un conjunto que trabaja y se apoya, porque hacer algo así en la distancia es imposible y es algo a lo que no estamos dispuestos a renunciar.
Se podría decir que la forma de ver y amar la danza no es lo que ha cambiado con este confinamiento sino la necesidad de sentir su máximo potencial.” María Trinidad Fernández


“Estos días raros, desde la compañía y la escuela vamos haciendo todo lo posible por seguir bailando juntos. Hemos tenido que reformular el espacio de encuentro y ese encuentro ya no ocurre como lo conocíamos. Ahora somos un mosaico de pantallas: nos vemos, nos intuimos y estamos juntos en el un mismo tiempo. Damos clase, hacemos nuestra barra, ejecutamos la técnica y aplicamos correcciones. Intentamos preservar todo lo que nos es posible para que la Danza siga siendo Danza. Yo consigo moverme en un espacio pequeño, disfruto, me siento viva, me salvo un poco cada día. Pero hay algo que falta, algo fundamental que estos días he entendido que es imprescindible también en mi forma de comprender la Danza. Es eso que solo ocurre cuando entro a compartir el espacio y el tiempo con el otro, con otra persona, con otro cuerpo. Otro cuerpo que observo, intuyo y siento, otro cuerpo que también me cuenta algo, otro cuerpo del que aprendo, recibo y respondo. Otra persona que amplía mi lenguaje corporal, me saca de mi monólogo e inicia un diálogo que me hace crecer.
Así es como vivo la danza y como la comparto cada día con mis compañerxs en caraBdanza trabajando juntos.
Me doy cuenta, en estos días raros, en la necesidad que tiene ese encuentro para mi, quizás ya lo sabía pero sin duda ahora más que nunca.” Teresa Poveda


Me pregunto como los artistas en particular viven la situación de emergencia.
Es duro motivarse cuando se siente una falta de libertad.
Necesito espacio. No solo espacio físico, si no más espacio en el mundo. En una sociedad donde pocas personas valoran el arte de verdad, necesitamos más espacio.
Hay mucho que queremos comunica y solemos ofrecerlo al público que nos mira, pero ahora, más que nunca, queremos ser escuchados.” Laura Ginatempo


“Lo más bonito de la danza es la conexión que se crea entre los bailarines, sea a través de la respiración o del contacto físico.
Lo más difícil de este período es no poder hacer justo eso, que es lo que te da la fuerza de seguir cada día no obstante los momentos difíciles que puedas tener.
En este periodo difícil para todos, seguimos compartiendo la danza gracias a las clases online pero, humildemente, a través de una pantalla es complicado conseguir esa conexión que se necesita para de verdad crear Danza.
Cuando era pequeña y estaba empezando a estudiar danza, pensaba que lo importante era la ejecución de los pasos.
Esta idea fue cambiando mientras crecía, pero solo cuando llegué a caraBdanza empecé a creer en la fuerza que tiene la expresión del bailarín, el compartir un espacio con otros bailarines, la emoción que transmites a quien te está mirando, el moverse todos juntos y encontrar un equilibrio en el que llegas a estar de verdad bien contigo mismo y con los otros.
La danza es compartir para crear una conexión.” Elena Frongia


“Somos: los que han decidido que la cercanía no la marca una distancia, que la música suena igual de bien en el escenario que en los balcones y que las manos pequeñas pueden adornarlos como si del mejor espectáculo y museo de arte se tratase.
Espero que no se olviden de los bailarines, que sin ellos la cultura está incompleta.”
Diego Rodríguez.


“La danza ha sido parte de mi vida desde que tenía 4 años. Y mi sueño no era ser bailarina profesional. Pero algo cambió con los 17 años, todavía me acuerdo de ese espectáculo, de ese paso a dos que me hizo sentir viva, y desde ese momento entendí que la danza no era simplemente un juego, un pasatiempo, era una pasión verdadera que llevaba dentro desde siempre y que en aquel momento quería que fuese mi camino, mi trabajo, mi vida! Así fue!!! Soy Jessica, una bailarina italiana, que desde septiembre del 2014 me mudé a Madrid para empezar a trabajar con caraBdanza, seis años de crecimiento personal y artístico, y testigo de una realidad que he visto evolucionar día tras día. Lo sabemos todos, que la vida de una bailarina y de un bailarín, no es para nada fácil y hay momentos difíciles todos los días; pero no tan difícil como el momento que estamos viviendo . Comparto la difusión de muchísimos vídeos de espectáculos de compañías de todo el mundo, me están alegrando esta cuarentena. Apoyo las clases online, es un momento de conexión con nuestros colegas y alumnos y para que todo esto pueda ser más llevadero. Pero creo firmemente que la danza no es sólo esto, la danza no se puede compartir solo a través de una pantalla, la danza necesita vivir el momento, necesita contacto, que sea un bailarín profesional o simplemente un amante de este arte, necesitamos estar delante de un espejo, agarrados a una barra. Necesitamos sentir, tocar con manos a nuestros compañeros, a nuestros alumnos...y ver de cerca un teatro lleno de público. Después de todo eso mi visión de la danza no ha cambiado, ha confirmado que así no puede ser, ha aclarado mis pensamientos, que la danza es contacto, es compartir ,es algo real que no se puede limitar a una pantalla. En este momento, un pensamiento que hice hace unos días es realmente como me siento: 
Solo quién conoce esta vida, sabe lo que significa no poder estar en casa.” Jessica Russo



“Así me siento yo…como un primate que sin el dominio de ningún tipo de lenguaje verbal, necesita expresarse para comunicar y mantener la linea que conecta mi interior con el exterior…
Así me siento yo… como un adicto a este estado de Flow que me hace perder la noción del tiempo y del espacio haciéndome dependiente de esta sensación bañada por dopamina…
Así me siento yo… como un ciudadano de NOWHERE, cuando me doy cuenta que esta necesidad de búsqueda, me llevo a varios rincones del mundo dándome la oportunidad de aprender y conocer de otros lugares y personas maravillosas…
Así me siento yo… con una felicidad extrema en compartir lo que aprendi con los demás. Ya decía mi abuela “enseñar es aprender dos veces”
Así me siento yo… con la intuición de que el día que ya no pueda bailar ES PORQUE NO ESTARÉ VIVO…” Eduardo Alvés



Muchas formas de describir una única cuestión, la Danza nos une. Llevamos años recorriendo camino juntos y espero seguir haciéndolo muchos más. Juntos amplificamos nuestra voz y envíanos un único mensaje, la Danza nos hace ser libres, nos hace ser lo que somos, y eso no nos lo puede quitar nadie. Confío en que pronto podamos volver a vivirla al completo y seguir compartiéndola con tod@s vosotr@s. Gonzalo Díaz


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