29-04-2020 

 DÍA INTERNACIONAL DE LA DANZA


“No hay nadie menos afortunado que el hombre al que la adversidad olvida, pues no tiene la oportunidad de ponerse a prueba.” Lucio Anneo Seneca.

El mundo y por supuesto todo el sector de la cultura, vamos a sufrir una transformación como no puede ser de otra manera. Estamos siendo testigos de un cambio de paradigma mundial, ya nada será como lo hemos conocido,  las Artes,  la Cultura y por supuesto la Danza, se están viendo afectadas por ello. Cambiará la percepción de los espectadores y la de los creadores, también la de las salas y los teatros, cambiará en definitiva, toda la cadena de valor de nuestro sector tal y como lo conocemos. 

En mi opinión la tendencia natural de los mercados culturales al menos en un corto plazo va a ser consumir más productos nacionales, por lo que podría ser positivo y una oportunidad única (si tiene algo de positivo esta pandemia). Oportunidad de poner en valor nuestro sector en este universo distópico que se nos plantea, reflexionando y valorando más lo que tenemos.

Estamos obligados a reinventarnos, a crear la mejor versión de nosotros mismos, a compartir lo que somos con el mundo, no lo que dicen que somos, si no lo que somos realmente.

Cuando nos recuperemos de esta extraña guerra la danza saldrá fortalecida, por eso debemos abordar el futuro sin nostalgia, desde el presente en marcha a través del respeto a nuestras tradiciones y a nuestros maestros y desde la perspectiva de los jóvenes talentos que hay muchos en este magnífico arte del movimiento.

Tenemos la responsabilidad de cuidar y compartir la riqueza que encierra el Arte de la Danza y entregárselo generosamente al mundo como parte de un legado único y universal en el que sin duda otros pueblos se verán identificados.

Nuestra cultura dancística es riquísima y aún está por explorar en profundidad para saber qué secretos encierra, qué historias nos quedan por contar y qué emociones somos capaces de provocar. Para profundizar en este concepto tendríamos que estructurar y dar forma a una institución capaz de albergar y cuidar este tesoro que permita investigar y proponer nuevos caminos sin complejos, crear conocimiento y difundirlo dando la oportunidad a jóvenes creadores de desarrollar nuevos y arriesgados proyectos.

Es el momento de aprovechar este tiempo aciago para reflexionar sobre las oportunidades que se nos ofrecen y tiempo para que los políticos tomen conciencia de la necesidad que tendrá la sociedad de curar las heridas y la importancia de la danza como bálsamo espiritual y medicina imprescindible para el ser humano. Y quizás sólo quizás, en esta extraña guerra donde no se ve el enemigo y las armas apuntan sin dirección, las conciencias adquieran otro color, las instituciones se llenen de luz y recuperemos este precioso legado a través de nuevos formas, de nuevos latidos, de nueva vida… Y manos jóvenes sean las que busquen y encuentren en nuestra tradición dancística una fuente de inspiración.

El futuro se me antoja incierto, pero no socava nuestros ánimos. La vida es una gran batalla y como decía James Brown: “Cualquier problema del mundo puede resolverse bailando.”


Manuel Segovia
Dir. artístico Cía. Ibérica de Danza