Para muchos, incluidos nosotros mismos, la danza es probablemente una de las primeras muestras de “cercanía social”, como puede observarse en algunas pinturas rupestres con miles de años de antigüedad. Desde el principio de los tiempos los seres humanos hemos danzado juntos no solo para celebrar una buena caza, una gran cosecha o una boda sino también para pedir ayuda, en forma de lluvia, o para despedir a aquellos que nos han dejado.

Y hemos seguido danzando a través de los siglos convirtiendo, con el paso del tiempo, a la danza no solo en una forma de expresión grupal, que sigue siendo el motivo principal por el que la sociedad baila, sino también en un arte y en una industria, entendida como una actividad económica organizada, cuyo objetivo principal es ofrecer, a esa misma sociedad, espectáculo y entretenimiento.

Ahora, cuando estamos en un estado de confinamiento y cuando parece que el “alejamiento social” puede pasar de ser una necesidad, impuesta por una circunstancia puntual en forma de virus, a una cierta forma de “nueva normalidad”, ahora es cuando hemos de aprovechar la oportunidad para  buscar nuevas formas de danzar, hacer espectáculo y entretener en un mundo digital, sino que también hemos de alzar nuestra voz y mantenernos unidos para que la “vuelta a la normalidad” sea lo más rápida posible y, sobre todo, en una condiciones de funcionamiento que permita que la industria de la danza pueda proporcionar sustento a los miles y miles de profesionales que la formamos.

Como Asociación, estamos convencidos de que el escenario resultante de esta pandemia no va a ser como era hasta el 14 de Marzo 2020, pero estamos decididos a trabajar para que, unidos a todos los que amamos la danza, sea mejor.


Asociación Para el Desarrollo de la Creación Coreográfica
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