Reflexiones sobre la danza




“Deberíamos considerar un día perdido aquél en el que no hayamos bailado.”
Friedrich Nietzche


No hay tiempo que perder. En realidad, nunca lo hemos hecho porque siempre hemos bailado. Siempre. Para celebrar la vida. Y para honrar la muerte. Antes de hablar, incluso. En el vientre materno.

Contra viento y marea.

Siempre solos y siempre acompañados.

Para uno mismo y ante otros.

Por nadie y para todos.

Desafiando el vértigo, brazos en alto y pies en suelo. Siempre con el miedo detrás y el aliento tirando.

Seguimos bailando, a pesar de los pesares. Aunque no nos vean y  aunque nos oculten. Y ya va siendo hora de que se enteren.

¿Por qué?

¡Ya esta bien!

Y a pesar de todo, y todo es ya demasiado,  cuando ya no quedan palabras, la danza continúa.




ARACALADANZA